El vino de Toro, reconocido desde tiempos inmemoriales como sinónimo de calidad, fue la principal razón para que Antonio Velasco, nuestro padre, se desplazara hasta Toro desde su Medina del Campo natal en la primera mitad del siglo pasado para emprender una nueva vida. Con tan solo 16 años y gracias a la experiencia adquirida con su padre, tratante de vinos en las tierras de Serrada y Rueda, creó su primera industria vitivinícola, llamada Bodegas e Industrias Velasco.
En los años 50, tras estudiar en la Escuela Superior de Enología y Viticultura de Haro (La Rioja) y con el título de “Maestro Bodeguero” bajo el brazo, adquirió diferentes viñedos y una bodega subterránea, que era lo único que existía en aquella época, para elaborar vinos cosecheros que vendía a granel atendiendo la demanda de vinos de la comarca y de arrieros venidos de la zona norte de España. Esta bodega hoy en día está restaurada y es visitable.
Poco tiempo después, adaptándose a los nuevos modos de consumo, empezó a embotellar los caldos que elaboraba ayudado ya por sus hijos, a los cuales inició en el mundo de la enología enseñándoles el arte y oficio de elaborar vino. Impulsados por las tendencias del mercado, en los que el vino a granel fue en decadencia para dar paso al vino embotellado de calidad, se decidió la creación de unas nuevas instalaciones de elaboración, ya que Toro empezaba de nuevo a ser una referencia en los vinos de calidad.
En 1999 se inauguró la actual bodega, unas instalaciones con mayor capacidad de elaboración y crianza y un equipamiento más moderno y adaptado a las nuevas necesidades de elaboración de vinos de calidad bajo el amparo de la D.O. Toro. Todo ello sin perder nuestras raíces y la forma de elaborar que nuestro padre Antonio Velasco nos enseñó.
Las marcas amparadas por el Consejo Regulador son Garabitas y Peña Rejas, nombres procedentes de los términos de la campiña toresana donde se asientan nuestros viñedos más emblemáticos.
Hoy en día uno de nuestros principales retos es la exportación; tras irnos afianzando dentro del mercado nacional, donde empezamos a ser una bodega de referencia de los vinos de Toro, nuestro empeño y necesidad de dar a conocer nuestros vinos nos lleva a estar presentes en países europeos como Alemania, Austria y Reino Unido.
Nuestro principal objetivo es afianzarnos en el mercado Norteamericano, donde los vinos de Toro tienen muy buena aceptación entre los consumidores y los más prestigiosos prescriptores, y donde nuestros vinos ya están presentes en varios estados.
Otro gran proyecto es el del enoturismo, que consideramos clave para dar a conocer la historia de la bodega y nuestros vinos.
Ponemos a su disposición la antigua bodega situada en el centro de Toro en la que nuestro padre comenzó a hacer vino, totalmente restaurada y visitable, donde podrá conocer de primera mano la forma tradicional de elaboración, así como catar y adquirir nuestros vinos, además de otras referencias de la D.O. y productos de la tierra.
Unas instalaciones centenarias que muy pocos poseen en Toro.